quarta-feira, 5 de dezembro de 2012

AUTORIDAD DEL CREYENTE.

La autoridad del creyente



Base Bíblica: 2 Corintios 10:4-5

Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; 5 destruyendo especulaciones, imagines, dudas y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo,
En motivo de este estudio tiene como fin, que el creyente conozca su posición ante el mundo espiritual y la autoridad que ha sido delegada por Dios a su Iglesia para operar en este planeta.
Pasamos tiempo orando y creyendo en el poder de la oración, pero llega el momento en que nosotros debemos conocer como hacer demandas al mundo espiritual, Jesús esta en el cielo y tu y yo estamos aquí en la tierra y si no aprendemos ejercitar nuestra autoridad y hacer las demandas que debemos, nadie las ara por nosotros.

Si no demandamos nada, nada pasa.

Muchas veces cuando deberíamos estar demandando que ocurran las cosas que necesitamos o queremos en el nombre de Jesús, nos mantenemos aun pidiendo y esperando, sin tomar la autoridad que nos ha sido entregada ya.
Entiende que tú y Yo, somos como hijos de Dios la autoridad sobre la tierra, de manera que lo fue Jesús cuando estuvo en carne entre nosotros. Y al final terminamos derrotados, enfermos y como siempre buscando una excusa para justificar que aquello que pedimos en oración no ha llegado todavía.

Controlando tu mente, controlaras tu destino
Sabemos que la vida del hombre es la suma total de la manera como él piensa, así que si tus pensamientos están alineados con la Palabra de Dios tu destino estará alineado con la Palabra de Dios.
De acuerdo al pasaje que leímos al principio, entendemos que el cristiano se encuentra en medio de una batalla (y no me refiero a la de Irak) aquí en la tierra, sino espiritual, y Dios no nos ha dado armas convencionales como un fusil, granadas cañones, etc. Sino armas espirituales, armas que se encuentran en la Palabra de Dios, las cuales podemos sacar para destruir esa fortaleza (oposición) que se ha levantado contra mí. ¿Qué son las fortalezas?
Las fortalezas no son otra cosa que pensamientos bien fortificados y alimentados que residen en la mente del hombre. Es decir, un pensamiento que llego a mi mente a través de una palabra que oí de alguien, al cual lo he empezado a acariciar, alimentar, fortificar y mantenido en mi mente por tanto tiempo que llegamos a pensar que no hay otra manera de pensar o hacer las cosas. Si creces pensando de una manera y nadie te indica que hay otra manera de pensar o ver las cosas, tu has fortificado ese pensamiento (en la mayoría de las veces equivocado) por años y crees que esa es la manera correcta de pensar.
Por un momento regresa al día que te convertiste al cristianismo y aceptaste a Jesús como tu Salvador y abriste la Palabra de Dios y encontraste cosas que iban en contra de los pensamientos (en su mayoría) que tenías. Contradecían todo lo que tú creías como debían ser las cosas. Ahora haciendo la Escritura (La Biblia) nuestra autoridad final, podemos destruir toda fortaleza (pensamientos equivocados) que se levantan contra el conocimiento de la verdad. Juan 8:32.
Las Fortalezas pueden ser: Orgullo, tristeza, depresión, temor, incredulidad, división, falta de amor, incomprensión, infelicidad, baja auto-estima, murmuración, chisme, Fornicación, adulterio, mentira, celo ministerial, duda, falta de perdón. Y muchas otras cosas más.
Dios aclara que nuestras armas (Su Palabra) son poderosas para destruir estas fortalezas. No hay nada que podamos decir que haga cambiar la mente de un homosexual, solo la Palabra de Dios puede cambiar o destruir esa fortaleza y liberar aquella mente del cautiverio del homosexualismo.
La Palabra de Dios corregirá hábitos corruptos de pensamientos
2 Timoteo 1:7; Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

                                              No hay temor en mi vida

Marcos 7: 20-23; Pero decía: Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. 21 Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, 22 avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez. 23 Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre.
Si Satanás va a tratar de alejarte de todo lo que es vital para tu vida cristiana, lo hará contaminando tus pensamientos.

                                              Temor es fe corrompida

¿Cómo destruimos una fortaleza?

Josué 1:8; Este libro de la ley (La Palabra de Dios) no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.

Proverbios 13:20; El que anda con sabios será sabio, mas el compañero de los necios sufrirá daño.
A través de estos dos pasajes, Dios nos regala dos tremendas armas para destruir cualquier fortaleza que este en nuestra mente:

1) Meditar en la Palabra de Dios, alinear tus pensamientos con los pensamientos de Dios, y cuando te hayas alineado con Sus pensamientos, prosperaras y tendrás éxito.

2) Reúnete con gente sabía en la Palabra, no en sus propias opiniones.

Romanos 12:2; Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.
Te voy a decir cuatro maneras como puedes alimentar tu mente correctamente:

1) Lee la Biblia.
2) Permítete el tiempo para escuchar a Dios hablarte a través de Ella.
3) Estudia la Palabra.
4) Usa tu imaginación.

El diablo sabe que nuestro campo de batalla se encuentra en nuestra mente, y es ahí donde él tratara de destruirte.
Marcos 3:13-15; Dice que Jesús llamo a los que Él quiso y vinieron a Él ¿a cuantos ha llamado el señor? Y ¿Cuántos vinieron a Él? Dice mas: Y Estableció a Doce, esta palabra Estableció significa: instalar, Iniciar, colocar, asentar, fundar, instaurar, y los estableció Para que estuvieran con el, ¿para que? Para enseñarles, en otras palabras para prepararlos, ya que no tan solo se iban a enfrentar a sus problemas personales solamente, sino que también a fuerzas Espirituales de maldad en las regiones celestes, El señor Preparo a sus apóstoles para lo espiritual y lo sobrenatural, después de prepararlos dice que los enviaría a predicar El Versículos 15 dice y les dio Autoridad para sanar Enfermedades y echar fuera a los demonios.
Lucas 10:17-19; Los setenta “regresaron con gozo”, diciendo: Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre (en Griego: Tu Autoridad). 18 Y El les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 19 Mirad, os he dado autoridad para hollar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada os hará daño.
La autoridad ya ha sido delegada por Jesús a Su Iglesia (Tú y Yo) para tomarla y hacer lo que debemos hacer. ¿Alguien debe hacerlo?. Y aun los demonios se sujetaran a tu autoridad en Su nombre.
Dios nos ha dado la autoridad, el poder, el dominio contra toda fuerza o habilidad del enemigo, y nada puede dañarte, no debemos estar asustados de destruir fortalezas, ni ataduras que el enemigo tenga sobre nosotros o sobre otros.
El valor de tu autoridad descansa en el Poder (Dios) que hay detrás de esa autoridad. El creyente que duda que Dios es el que respalda su autoridad, condena de antemano el uso de la autoridad y enfrenta al enemigo con miedo.

                                            ¿Qué es autoridad?

“Es Poder delegado por Dios”.
La palabra Autoridad significa: Mando, Poder, Dominio, Potestad, Prestigio, Crédito, Legitimidad, Influencia, Autoridad también tiene que ver con tu testimonio, Tu Testimonio representa tu autoridad, cuanto mejor testimonio tengas mayor autoridad tendrás en Marcos 3:11-12 dice: que los espíritus Inmundos al ver al señor Jesucristo, salían estos dando grandes voces, tan solo ver al señor salían.
Un policía vestido con su uniforme, levanta la mano y el vehículo que viene hacia él, se detiene. Ahora, el policía en su fuerza natural o humana no puede detener un vehículo que viene a 40 millas por hora, pero la autoridad con la cual esta envestido por la Ciudad o el Gobierno le ha dado el poder para detener ese vehículo.
Yo no tengo el poder en mis fuerzas naturales para reprender a ningún demonio y menos a Satanás, pero ahora poseo el uniforme, la autoridad delegada, envestido por Jesús a través del Espíritu Santo, para que en el nombre de Jesús, tome autoridad sobre toda circunstancia o situación.

Efesios 6:10-13;

Filipenses 4:19;

Efesios 1:17-23 / 2:1-7;

Declara conmigo:

“Yo tengo autoridad en el nombre de Jesús sobre serpientes y escorpiones, sobre cada principado y potestad, demonios, gobernadores de las tinieblas, huestes espirituales de maldad, contra enfermedades. Yo tengo la autoridad y el poder en el nombre de Jesús”. Amen.
Destruyamos esa fortaleza que nos ha estado diciendo que solo Jesús, es el que tiene el poder para hacer milagros o esto o aquello. Por supuesto que debo estar en El para tener esa autoridad.
Juan14:12; De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que Yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque Yo voy al Padre.

Camina de hoy en adelante en la autoridad que Jesús te ha delegado.

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